Las pinturas se han restaurado digitalmente siguiendo los detalles de las fotografías en blanco y negro y en alta resolución que se conservan en el MNAC.
En la restauración digital de las pinturas hemos seguido el mismo proceso que en la pintura mural de la época (año 1200): hemos empezado por los colores base seguidos de las luces y sombras, después añadimos los blancos con textura de cal y, finalmente los perfiles negros de los contornos. Seleccionamos diferentes tipos de pinceles digitales dependiendo de las formas, intensidad y dinamismo de las figuras a representar. Por último, incorporamos la textura del muro que soporta las pinturas. El grano y las variaciones en la absorción propias del mortero de cal dan un acabado natural al conjunto.
Los techos de Sijena son doce artesonados mudéjares, es decir, una techumbre con decoraciones de madera de estilo cristiano e influencias de estilo andalusí. Se trata de un fenómeno autóctono y exclusivamente hispánico.
Con las gafas de realidad virtual el espectador se adentrará en el 3D de la sala capitular. Experimentará en primera persona y de forma holística la obra de Sijena.
Esta realidad virtual podrá disfrutarse en las gafas de realidad virtual. El espectador podrá concentrarse en los detalles de las pinturas y los techos y recorrer la sala como si realmente estuviera presente. Será una experiencia que, por primera vez en mucho tiempo, permitirá apreciar la obra de Sijena al completo.
“Sigena, la magia de un sueño” es el documental ficcionado que explica el proyecto de reconstrucción de las pinturas de Sijena.
La película documental está dirigida por Jesús Garcés Lambert, producida por Benecé y Dreamdigital Creative Works SL y cuenta con la participación de RTVE. El largometraje cuenta con la ayuda de diferentes especialistas como el ilustrador Daniel González, el artesano Paco Martos y Albert Burzon de Burzon*Comenge como artista digital experto en arte románico. También han colaborado expertos nacionales e internacionales de instituciones como la Bristish Library, la Catedral de Winchester, la Capilla Palatina o el MET Cloisters.
Los recuerdos de infancia de Juan Naya jugando en las ruinas del Monasterio, junto a las conversaciones en las que sus abuelos le relataban cómo lucían los techos y las paredes antes del incendio, forjaron su deseo de reconstruir las pinturas.